La Torre estaba allí, por fin. Llegar hasta aquel lugar, a los confines del mundo conocido, había sido difícil y muy peligroso. Frok no pudo evitar una sonrisa. Nadie en su sano juicio, ni siquiera él mismo, habría soñado que pudiera completar aquel viaje iniciado casi una década antes.
Aunque había sobrevivido a duras penas, sabía que lo peor estaba aún por llegar. Las leyendas hablaban de una Prueba, una frontera arcana en la que se demostraría si era o no era el héroe que todos necesitaban, aquel a quien el mundo estaba esperando. A lo largo de los años había ayudado a muchas personas, combatido en muchas batallas, vivido muchas aventuras, más de las que ningún otro humano podría vivir en varias vidas. Y sin embargo aún no era esa figura legendaria, el Héroe que todos necesitaban que fuera.
Dio el primer paso. La Torre estaba a apenas unos metros colina abajo, su destino a solo unos pocos metros. Suspiró. Y sin saber el motivo se dio la vuelta y retomó el sendero que le había llevado hasta allí. De repente supo que ningún mundo valía la pena, que no había nada ni nadie por lo que luchar. Había vivido para los demás todos esos años y no se había dedicado a vivir su propia vida. Había llegado el momento de hacerlo, de experimentar su propia existencia. De vivir, sin más.
Comments